Los agentes especiales de la ATF son oficiales muy entrenados de los cuerpos de seguridad de élite que investigan transgresiones a las leyes y reglamentaciones federales relacionadas con el uso indebido y delictivo de armas de fuego y explosivos, el tráfico de armas de fuego, los incendios intencionales y el desvío de bebidas alcohólicas y tabaco.
Como funcionarios de seguridad jurados, los agentes especiales están autorizados a portar armas y hacer arrestos por ofensas federales contra los Estados Unidos. ATF es una de las pocas entidades federales en las que los agentes especiales supervisan sus casos durante todo el proceso de investigación de delitos, desde la escena del delito hasta la corte. Los agentes especiales viajan mucho y deben estar listos para aceptar traslados a cualquiera de los estados o territorios de EE.UU. en consonancia con las necesidades operativas de la ATF. A partir de diciembre de 2019, la ATF cuenta con 1,714 agentes especiales repartidos en 25 divisiones regionales, cientos de oficinas de campo y satélite y puestos en el extranjero.
Un día en la vida
Alianzas
Los agentes especiales de la ATF trabajan estrechamente con sus aliados a nivel local, estatal, tribal y federal; desde funcionarios de los cuerpos de seguridad y de la seguridad pública hasta científicos y expertos en ciencia forense. Los agentes especiales también se desempeñan como expertos en una amplia gama de fuerzas de trabajo conjuntas para combatir el tráfico de armas de fuego, el crimen violento y el terrorismo. Durante estas colaboraciones interinstitucionales, los agentes especiales de la ATF entrevistan sospechosos y testigos, vigilan a objetivos, hacen arrestos, obtienen y ejecutan órdenes de allanamiento y buscan evidencia física, a menudo con la ayuda de los equipos de caninos de la ATF.
Capacitación y tecnología
La primera parada para agentes especiales recién contratados es la Academia Nacional de la ATF, ubicada en el Centro de Capacitación para Cuerpos Federales de Seguridad en Glynco, Georgia. El plan de estudios se divide en dos partes: El Programa de entrenamiento de investigadores criminales del Centro de Capacitación para Cuerpos Federales de Seguridad (FLETC) durante 12 semanas y el Entrenamiento básico para agentes especiales de la ATF durante 15 semanas. Durante estos siete meses, los nuevos agentes realizan cursos académicos y legales en profundidad mientras reciben un intenso entrenamiento físico y práctico.
Una vez que los agentes finalizan la capacitación básica, son asignados a cualquiera de las divisiones regionales de la ATF de todo el país, donde utilizan tecnología balística y forense de última generación como parte del proceso de investigación. Siguen perfeccionando sus destrezas tácticas, como la capacitación avanzada sobre armas de fuego, las medidas de defensa cuerpo a cuerpo y las técnicas encubiertas, mientras trabajan para combatir los delitos violentos en nuestros barrios.
Los agentes de la ATF pueden optar por mejorar sus habilidades tácticas siguiendo trayectorias profesionales especializadas. Los agentes veteranos con habilidades especializadas, experiencia y certificaciones pueden solicitar desempeñarse en los equipos de respuesta rápida de la ATF.
Cómo convertirse en agente especial
Los agentes especiales de la ATF trabajan en la línea de batalla luchando para reducir los delitos violentos en nuestros barrios, y deben poder afrontar rigurosas capacitaciones, riesgos personales, horarios irregulares y viajar frecuentemente. Nuestro proceso de solicitud y las condiciones de empleo para nuevos agentes especiales están diseñados para asegurar que esta apasionante y gratificante profesión sea la correcta para usted.