Circunstancias de muerte
En mayo de 1992, la ATF inició una amplia investigación a David Koresh (alias: David Wayne Howell) y a la Rama de los Davidianos, un grupo de culto que residía en una gran propiedad rural cerca de Waco, Texas. La investigación de la ATF se centraba en que Koresh y los Davidianos estaban involucrados en la fabricación y posesión ilegal de ametralladoras y dispositivos de destrucción, incluyendo bombas y granadas. De hecho, la investigación de la ATF demostró que el grupo había adquirido lo siguiente:
- 136 armas de fuego, entre ellas rifles de asalto y armas cortas
- Más de 700 cargadores para esas armas de fuego
- Más de 200,000 cartuchos de munición
- 110 cajones de mecanismos superiores e inferiores para rifles AR-15/M16
- Accesorios lanzagranada para rifles AR-15/M16
- Más de 400 granadas de rifle M31 vacías, junto con pólvora negra y otros productos químicos explosivos
La investigación tuvo muchas facetas, como entrevistas con antiguos miembros del culto, la inspección y entrevista a un distribuidor federal de armas de fuego, la revisión de la documentación que mostraba la compra de grandes cantidades de rifles AR-15, municiones y granadas inertes (que pueden convertirse fácilmente en granadas activas) y los registros de los transportistas interestatales. Un agente encubierto de la ATF se hizo miembro de los Davidianos, aunque tenía acceso limitado a las instalaciones. Para febrero de 1993 se había recolectado suficiente evidencia como para emitir órdenes de arresto y de cateo federales para arrestar a Koresh y allanar el lugar.
El 28 de febrero de 1993, el agente especial Steve Willis formaba parte de una gran grupo de agentes especiales de la ATF entrenados especialmente y muy disciplinados que provenían de las Divisiones Regionales de Dallas, Houston y Nueva Orleans y que estaba asignado para ejecutar las órdenes judiciales federales en el predio de la Rama Davidiana. Desafortunadamente, un empleado del correo que era miembro del culto puso en aviso a los Davidianos de la redada inminente.
Cuando llegaron los agentes, los fanáticos miembros del culto, que estaban fuertemente armados, los estaban esperando en una emboscada como los agentes desembarcaron de sus vehículos. Koresh estaba afuera en la entrada, pero cuando los agentes se acercaron para decirle que tenían una orden de cateo y le indicaron "tirarse al suelo", Koresh corrió a refugiarse dentro de la casa. Cuando los agentes se acercaron, una ráfaga de disparos atravesó la puerta e hirió a un agente.
El largo y difícil tiroteo se extendió durante 2 horas y media, sin que los agentes pudieran ingresar a la casa principal y sin tener cobertura natural para resguardarse de los disparos de los Davidianos. Los Davidianos estaban bien protegidos y la ventaja táctica estaba de su lado.
Cuatro agentes de la ATF murieron (agentes especiales Conway LeBleu, Todd McKeehan, Robert Williams y Steven Willis), 20 resultaron heridos por los disparos o metrallas y otros 8 tuvieron otras heridas. También murieron seis Davidianos y cuatro resultaron heridos de bala; aunque esto no pudo ser probado por los forenses debido a la posterior destrucción del complejo (por el fuego). Hubo un cese al fuego y Koresh liberó a 24 miembros (en su mayoría niños, pero ninguno de los suyos).
El impasse de 51 días terminó el 19 de abril cuando el complejo de los Davidianos estalló en llamas, que fueron iniciadas por los miembros del culto cuando los cuerpos de seguridad intentaban forzarlos a salir y les arrojaban gases lacrimógenos dentro de la propiedad. El fuego destruyó el complejo y murieron más de 70 residentes; muchos de ellos por heridas de bala aparentemente infligidas por otros miembros del culto. Nueve miembros del culto escaparon del incendio y fueron arrestados, mientras que ocho de ellos luego fueron condenados por la tribunal federal por cargos varios y/o por tenencia de armas de fuego. Todos recibieron distintas penas de prisión.
A diferencia de lo que indican las noticias populares, el complejo Davidiano en realidad estaba ubicado en el área no constituida del condado de McLennan y no dentro de los límites de Waco. La población de Waco apoyó mucho a los cuerpos de seguridad y con frecuencia acercaba alimentos a los agentes y llenaban sus patios delanteros con señales de apoyo a lo que los cuerpos de seguridad intentaban lograr.
En una investigación posterior, realizada por los Departamentos del Tesoro y de Justicia respecto de las acciones de los cuerpos de seguridad durante el bloqueo, se determinó que se implementaron mal algunas de las tácticas y decisiones tomadas y también se criticaron algunas medidas de la ATF. Sin embargo, la Revisión Administrativa del Departamento del Tesoro de los EE.UU. (en inglés) de septiembre de 1993 concluyó que:
"...la agencia está compuesta por profesionales dedicados, comprometidos y experimentados; quienes han demostrado frecuentemente tener buen criterio y un coraje destacable en hacer que se cumpla la ley. La ATF tiene un historial de éxitos en la realización de investigaciones complejas y misiones peligrosas y desafiantes. Esa gran tradición, junto al compromiso de los agentes con la verdad y su coraje y determinación, le ha permitido a la ATF hacer de nuestro país una nación más segura y más protegida bajo la ley."
Antecedentes laborales
El agente Willis se unió a la ATF el 1 de julio de 1990 y fue asignado a la División Regional de Houston. Su placa era la No. 3061. Previo a esto, el Agente Especial Willis fue investigador durante tres años del Servicio de Investigación de Defensa.
Steve era un piloto de carreras entusiasta en su tiempo libre. Culminó como uno de los mejores tres conductores en las carreras de campeonato (1985-1988) patrocinadas por el Consejo Triestatal de Automóviles Deportivos. Steve se graduó (1986) de la Universidad Estatal del Sur de Texas, donde recibió una licenciatura en ciencias con especialización en Justicia Criminal. En la universidad, realizó un internado con el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Historia personal
El agente Willis nació en Nueva Orleans, Louisiana. Era soltero y le sobreviven sus padres, John y Evelyn Willis, y su hermana Lisa.